martes, 11 de septiembre de 2007

Una cita.

Espero que podáis disculpar que cite de memoria. Considero que es una de las cosas menos fiables de las que dispongo, pero no tengo conmigo el texto original. Es una enseñanza de Frankl --sé que acudo demasiado a él, pero cuando comience con Mahoney, hasta le echareís de menos--.
El dolor es como un gas, se expande hasta ocuparlo todo.
Propongo que ocupemos el espacio con actividades más lúdicas: cine, libros, amigos, actividades. No estoy, por supuesto, en desacuerdo con los ritos de duelo, pero cocer a fuego lento en nuestras propias miserias, no es forma de ir a ninguna parte.

Claro, que igual es que hay que saber a dónde vamos.


1 comentario:

Ana dijo...

No es necesario ni obligatorio saber a dónde vamos.

Creo que lo importante es la voluntad de moverse. En cualquier camino encuentras sombra bajo un árbol, un río para beber o remojaret, y más caminantes que te hacen el viaje menos largo. Si es eso lo que quieres, claro.

Cuando se llega a las bifurcaciones es cuando hay que ser valiente y decidir.

De cocerse en la propia miseria, nada. Abrir ventanas y ventilar cuanto antes.

Cito de memoria... unárbol dixit, creo... se le llama VIVIR.

Beso.