martes, 8 de enero de 2008

El estrés es un gran conocido de vista. Digo esto porque a veces parece que olvidamos que el estrés, es adaptativo, es decir, el estrés en sí mismo no es ni bueno ni malo. Un poco de estrés motiva. Un poco de estrés salvó la vida de nuestro antepasado cavernario y un poco de estrés te impulsará a comprar comida y a sobrevivir con algo más que los hielos de la nevera. Es cuando nos pasamos de rosca cuando nos rompemos, cuando ya no podemos más, cuando el sistema se agota y quiebra. Hay muchas escalas para medir el estrés. En ellas suele haber elementos comunes, eventos desencadenantes de estrés.

¿Sabíais que el estrés lo desencadenan también los sucesos “buenos”? ¿Sabíais que comer es algo que estresa realmente el organismo? No voy a entrar a narrar nada sobre los torrentes hormonales, ni sobre los diferentes modelos del estrés que existen, hoy no. Hoy sólo os menciono el test de Holmes-Rahe

1 Muerte del cónyuge
100
2 Divorcio
73
3 Separación
65
4 Privación de la libertad
63
5 Muerte de un familiar próximo
63
6 Enfermedad o incapacidad, graves
53
7 Matrimonio
50
8 Perder el empleo
47
9 Reconciliación de la pareja
45
10 Jubilación
45
11 Enfermedad de un pariente cercano
44
12 Embarazo
40
13 Problemas sexuales
39
14 Llegada de un nuevo miembro a la familia
39
15 Cambios importantes en el trabajo
39
16 Cambios importantes a nivel económico
38
17 Muerte de un amigo íntimo
37
18 Cambiar de empleo
36
19 Discusiones con la pareja (cambio significativo) 35
20 Pedir una hipoteca de alto valor
31
21 Hacer efectivo un préstamo
30
22 Cambio de responsabilidades en el trabajo 29
23 Un hijo/a abandona el hogar, matrimonio, universidad 29
24 Problemas con la ley
29
25 Logros personales excepcionales
28
26 La pareja comienza o deja de trabajar
26
27 Se inicia o se termina el ciclo de escolarización 26
28 Cambios importantes en las condiciones de vida 25
29 Cambio en los hábitos personales
24
30 Problemas con el superior
23
31 Cambio en condiciones de trabajo
20
32 Cambio de casa
20
33 Cambio a una escuela nueva
20
34 Cambio en la forma o frecuencia de las diversiones 19
35 Cambio en la frecuencia de las actividades religiosas 19
36 Cambio en las actividades sociales
18
37 Pedir una hipoteca o préstamo menor
17
38 Cambios en los hábitos del sueño
16
39 Cambios en el número de reuniones familiares 15
40 Cambio en los hábitos alimentarios
15
41 Vacaciones
15
42 Navidades
12
43 Infracciones menores de la ley
11

Las puntuaciones de los eventos que os estén sucediendo (un año suele ser el limite temporal hacia atrás) se suman. Si el resultado es mayor de 300, es terrible, si es mayor de 200, para asustarse, hasta 150, vale, parece ser lo normal, pero hay que cuidarse más, y si es menos, el reisgo es menor.

Recordad, esto no sustituye a la terapia, es sólo una orientación...

ACTUALIZACION: El comentario de Paula me recuerda, que estos no sólo no son los únicos factores, sino que se recomienda completar la escala con puntuaciones análogas a situaciones equiparables.

Por poco científico que parezca...

Ya sabéis... el estres es como un gas, ocupa todo el espacio que le dejes --en realidad, en la cita original es el dolor, pero hago lo que puedo--

martes, 1 de enero de 2008

2008-01-01


Repasando notas desde mi cubículo, he encontrado un interesante artículo en el NY Times -- sí, ya sé que lo menciono en la entrada anterior, pero esta lectura fue previa-- que trata sobre elaborar las decisiones –eso incluye las malas decisiones- que hemos hecho en la vida. Ese es el camino a madurar:

“To elaborate on loss, to look for some insight in it, is not just what a psychologically mature person does (...) It’s how a person matures. That’s what the studies show.”

Las personas que son capaces de hacerlo desarrollan una característica que en el artículo llaman “complejidad” y que, como bien indican, es la clase de cosa que te mataría en un incendio en el que hay que dejarse llevar por el instinto, pero que en el largo plazo es saludable.

Voy a elaborar mis pasadas decisiones, tengo cosas que absorber, y alguna que enmendar.

Be complex, my friend.

Año nuevo, vida nueva

Si alguno de los lectores de esta bitácora, que ya deben ascender a tres o cuatro, ha usado alguna de las herramientas expuestas en ella, o en la columna semanal de www.sincolumna.com no se sorprenderá de leer este artículo de EL PAIS.
El artículo comienza así:
Investigadores de la universidad británica de Hertfordshire han descubierto las claves para lograr cumplir los buenos propósitos para el año nuevo, según informa el diario The Guardian. La investigación, dirigida por Richard Wiseman, del mencionado centro docente, apunta que algo tan simple como formular en voz alta aquellos aspectos en los que queremos mejorar antes de la noche de fin de año incrementa las posibilidades de que trabajemos para su consecución durante el año que comienza. También ayuda mucho marcarse objetivos concretos con finalidades claras y prometerse un premio a modo de zanahoria. Y, sobre todo, contárselo a los allegados, que ejercen una importante presión social que te empuja a esforzarte. Los mismos expertos buscan ahora voluntarios para un segundo estudio similar.
Desde el articulo se invita a los lectores a participar en el experimento.
Para aquellos que dominen el idioma de Dan Brown --seamos sinceros, nada queda de Shakespeare en las páginas de los periódicos-- invito también a leer este artículo del NY times, mi último gran pasatiempo, que también versa sobre los propositos de año nuevo.

A proponerse.