martes, 1 de enero de 2008

2008-01-01


Repasando notas desde mi cubículo, he encontrado un interesante artículo en el NY Times -- sí, ya sé que lo menciono en la entrada anterior, pero esta lectura fue previa-- que trata sobre elaborar las decisiones –eso incluye las malas decisiones- que hemos hecho en la vida. Ese es el camino a madurar:

“To elaborate on loss, to look for some insight in it, is not just what a psychologically mature person does (...) It’s how a person matures. That’s what the studies show.”

Las personas que son capaces de hacerlo desarrollan una característica que en el artículo llaman “complejidad” y que, como bien indican, es la clase de cosa que te mataría en un incendio en el que hay que dejarse llevar por el instinto, pero que en el largo plazo es saludable.

Voy a elaborar mis pasadas decisiones, tengo cosas que absorber, y alguna que enmendar.

Be complex, my friend.

1 comentario:

Paula dijo...

Me ha gustado mucho el artículo, muchas gracias por colgarlo.

Qué curiosa esa evolución con la edad de pasar de considerar las decisiones de la que nos arrepentimos como propias a compartir la culpa. ¿Por qué será así? ¿Porque aumenta la distancia en el tiempo con esos sucesos? ¿Por la madurez adquirida con los años?

Al final me parece que lo que subyace a esa complejidad es el optimismo que permite a las personas no derrumbarse ante los problemas porque piensan que no se acaba el mundo con ellos. La visión positiva de la vida, como la de la mujer de Dallas de la que habla el artículo.

Probaré eso de visualizar mis malas decisiones como una película de cine. Como no soy nada fotogénica, seguro que todo me parece muy diferente y hasta de otra persona ;-)