jueves, 25 de octubre de 2007

Cerebro y decisiones prácticas...una de tantas aproximaciones

Leo en un artículo de un diario, que acaban de publicar un libro que relaciona el uso del cerebro y la economía. Dice que el cerebro no suele ser un buen consejero. Se refiere al cerebro en conjunto, incluyendo al sistema nervioso más primitivo. Nada de invertir en bolsa con miedo. Supongo que tiene razón, aunque lo que supe de economía lo intenté olvidar por decaimiento –así me va en el plano material-- . Dice algo que debería aplicar a muchas cosas en la vida, que no debemos procesar a través del miedo. Yo lo hago extensible: no deberíamos procesar a través de la culpa, del miedo, de la excitación sexual o del hambre cuando hablamos de dinero, de trabajo, del largo plazo. Nos lo dicen también los nutricionistas, nada de ir al super con el estómago vacío.

En general, como diría El Buda, si hacemos algo sujetos a emociones intensas, actuaremos como el hombre ebrio, que todo lo hace con la percepción que le da su intoxicación.

Yo soy de los que hacen lo que no dicen y dicen lo que no hacen. Es divertido no predicar con el ejemplo, pero me apunto a intentar dejar las emociones para los momentos en el que son necesarias: el miedo para cuando me persiga un perro, el hambre para la cocina de mamá, la excitación…

…bueno, estoy estudiándome eso del tantra.

1 comentario:

Paula dijo...

Está claro que nuestro miedo primitivo a ser comido por las fieras no debería aplicar cuando uno va a comprar accciones de cualquier compañía eléctrica... ¿o sí?
En realidad, sigue habiendo fieras sueltas, lo que pasa es que ahora se disfrazan bajo grandes logos de colores y personalidades corporativas igual de psicóticas.

Es muy bonito eso de compartimentar las emociones intensas, pero a veces es tan bonito estar ebrio de emoción... aunque no toque.