lunes, 1 de octubre de 2007

Karma

El Karma es un concepto ligado al budismo, complejo, incompatible con algunas creencias en su contenido religioso, pero no así como concepto sobre el devenir universal. Yo veo el Karma ampliamente relacionado con la archifamosa teoría del caos. Todo lo que haces se integra en el flujo de los acontecimientos como causa. Recordemos que en budismo, todo está influido o causado por un contexto y no es lo mismo el objeto en sí que sus causas, es decir, no es lo mismo la acción integrada que los efectos que provoca finalmente. Lo que haces, provoca unos efectos que acaban revirtiendo en ti mismo. No quiere esto decir que todo lo que te sucede sea efecto de lo que haces. Además, en la doctrina budista se distingue según la contribución al Karma haya sido por vía espiritual, física, intelectual, etc.

Llevándolo a términos cómicos, a partir del concepto del karma, se creó la serie “Me llamo Earl” que a mí personalmente, me encanta.

Pero la razón por la que el Karma me parece importante, es porque la existencia de un flujo, de una corriente de existencia en la que tenemos influencia, es cierta, es indiscutible, y no sólo nuestra forma de influir, sino también nuestra intención –desde la pasión, desde el sosiego, para crear, para destruir, para vencer, para colaborar, para compartir, para completar…-- tendrá unos efectos que quizás no podamos controlar, pero que en mil ocasiones de cada mil cien, estarán acorde con nuestra aportación.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

No he visto nunca "Me llamo Earl", pero a mí lo del karma me recuerda a ese mail que circula por ahí acerca del billete arrugado que nunca se puede quedar como estaba antes (planchadito y recién salido de la Fábrica de Moneda y Timbre). En realidad de lo que estamos hablando es de que interactuar con otros seres vivos es influir en ellos (y ellos en nosotros, y todos con todos y con ellos mismos). Parece terriblemente obvio.

Sin embargo, el karma me parece un concepto con el que uno podría obsesionarse. Por ejemplo, yo la mayor parte del tiempo creo que soy razonablemente insignificante, pero si empiezo a pensar en que cada cosa que digo y hago tiene influencia (y la tiene, es indudable) podría acabar con una neurosis de las buenas :D Ya no digamos como se me ocurriera combinar el karma con algún principio moral (bueno o malo). Sí, esto suena muy egocéntrico.

La teoría del caos me parece mucho menos determinista, en comparación, aunque me gusta la analogía. En las relaciones humanas creo que hay muchos factores que permiten "intuir" el resultado de las acciones, hasta cierto punto. Quizá no uno mismo (entre un montón de árboles que no dejan ver el bosque), o no siempre, claro. No podría ser una ciencia exacta.

*Fin de la parrafada*

PD: ¿Cuál era ese libro tan interesante sobre el budismo?

Emilú Soares dijo...

En cambio a mí me parece que estamos todo el tiempo entre el caos y el karma, entre la determinación y la indeterminación, vamos de aquí para allá, en ciclos.
Creo que te he visto en medio del karma y del caos y de las dos maneras me parece que eres tú mismo, no crees?

Autodeterminarme nunca, yo en ese sentido soy más bien existencialista.

Por cierto, me encanta tu perro y tu blog.

Un beso muy grande Jaime.